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sábado, 22 de diciembre de 2012

La lotería de Navidad sólo toca a los de letras


COMO cada año, el acoso para que compremos Lotería de Navidad está en pleno apogeo y de nada sirve explicar que la finalidad de los juegos de azar es que perdamos dinero, no que lo ganemos. Pongamos un ejemplo, la probabilidad de que te caiga un rayo mientras esperas en la cola de la administración de lotería es de una entre tres millones, una cifra alta comparada con la de acertar la primitiva, que es de una entre 14 millones. ¿Se lo imaginan? Es como si usted está de vacaciones en Shanghai, una ciudad con 14 millones de habitantes. Una avioneta sobrevuela la ciudad, tira un billete de lotería y le cae a usted en la mano. ¿Increíble, verdad? Pues eso. 

No obstante, es cierto que la Lotería de Navidad es más generosa que la Primitiva, sobre todo con el Gobierno, que se queda el 30% de lo jugado, el verdadero premio gordo. El resto ha de conformarse con un 10% de posibilidades de que les devuelvan el dinero. Cualquier otra consideración es totalmente desfavorable para el jugador, que inevitablemente perderá lo invertido. 
Pero, como les decía, de nada sirve el raciocinio y las matemáticas ante una multitud que se basa en corazonadas, ilusiones y otras ciencias ocultas. Todavía ayer intentaba rebatir la curiosa teoría de un vendedor de boletos que insistía en que la posibilidad de conseguir un premio es del cincuenta por ciento: te toca o no te toca. 
Yo, por ahora, me resisto a jugar: si resultara agraciado, no podría soportar que en algún lugar a alguien le cayera un rayo por mi culpa. Además, sólo toca a los de letras, porque los de ciencias no juegan nunca.
Josetxu Rodríguez

sábado, 15 de diciembre de 2012

Fátima, levántate de la cama ¡ya!


FÁTIMA, venga, levántate, que ya es hora... 
-¡No quiero! 
-Pero, ¿por qué no quieres? 
-Por tres razones: tengo sueño, no me gusta trabajar y los compañeros se ríen de mí. 
-Pues yo te voy dar otras tres razones para hacerlo: es tu responsabilidad, cobras por ello y eres la ministra de Empleo y Seguridad Social. 
Al final, nunca sabremos si Fátima Báñez se levantó esa mañana, pero lo que sí está probado es que no ha asistido a ninguna de las cumbres europeas de ministros de Empleo a las que ha sido convocada. Concretamente, a la del pasado 6 de diciembre no se presentó con la excusa de asistir al cóctel del día de la Constitución. Una decisión muy discutible en un país que acababa de anunciar una cifra de paro que rondaba los seis millones de personas. Francia envió a tres ministros; Suecia, a cuatro; Italia, a dos, y Alemania, a uno. Es posible que declinara la invitación en la creencia de que en cuestiones de desempleo España juega en la Champions League y no admite consejos de nadie. Y puede que tenga razón. En ocasiones, no hacer nada es mejor que lo contrario. Sobre todo si, como la ministra, nunca has trabajado en una empresa privada ni sabes lo que es una nómina, pero firmas la reforma laboral más agresiva de la democracia. Quizá sus compañeros europeos le hayan dicho que, con sus antecedentes y dado que no sabe inglés, mejor que se quede en la cama, que ya le enviarán las conclusiones por whatsapp para que las traduzca en Google. Por lo menos, nos habremos ahorrado el viaje.
Josetxu Rodríguez

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Él ya no viaja. Ni loco.



LE llamamos de todo: muermo, pueblerino, perezoso... pero le da igual. "Donde mejor estoy de vacaciones -dice- es tirado en cualquier parte, sin horarios que cumplir, colas que sufrir o itinerarios que completar. Como en casa, en ningún sitio". Además, no piensa repetir la experiencia con Ryanair porque no soporta que el billete de la maleta cueste más que el suyo y tenga más espacio que él en la nave: "No sé, me siento raro. Me da por pensar que quizá ella tenga derecho a paracaídas y yo deba adquirir uno en una subasta de urgencia mientras el avión da trompicones camino de un aterrizaje forzoso".
No hay ningún país ni cultura milenaria que le saque de su ensimismamiento local. "En mi luna de miel -explica con desgana- hice un viaje en el que pude conocer México y no me resultó especialmente atractivo porque lo encontré lleno de tópicos: los mariachis son iguales que los que salen por televisión, la comida es muy picante y los sombreros demasiado grandes. China también me decepcionó con sus omnipresentes rollitos de primavera, sus abanicos y los kimonos multicolores como los que venden en las tiendas de disfraces. En Polinesia acabé de los graznidos de los loros hasta la coronilla: mucha selva, mucho cántico maorí y tal y tal. De salvar algo, mencionaría el baile de las chicas con los cocos".
En su opinión, ya ha viajado lo suficiente y ha visto todo el mundo que tenía que ver. Luego supe por su mujer que habían estado en Port Aventura. Es un caso perdido.

Josetxu Rodríguez

sábado, 1 de diciembre de 2012

Una parejita mal avenida



Ella le llamaba «Príncipe de la satisfacción», y él a ella «Azúcar». Se conocieron en un chat de internet y, en seguida, se dieron cuenta de que estaban hechos el uno para el otro. Se enviaban correos electrónicos desde casa, desde el trabajo, se contaban sus problemas en la oficina y la inestable relación que les unía a sus respectivas parejas.
Pasadas unas semanas, el «Príncipe de la satisfacción» y «Azúcar» decidieron conocerse y descubrieron que eran marido y mujer y que durante su matrimonio nunca se habían dirigido frases tan cariñosas ni hecho insinuaciones tan excitantes. Se divorciaron basándose en la infidelidad manifiesta.
Este drama urbano tuvo lugar en la ciudad Bosnia de Zenica y, ahora, quienes hemos conocido la historia esperamos su desenlace definitivo. ¿Borrarán del ordenador la dirección de correo electrónico de su amante o la tentación será más fuerte y reanudarán su relación en el ciberespacio hasta que el ADSL les separe? Cuando eso tampoco funcione, ¿lo intentarán con el 
whatsapp? Quién sabe. El amor es una extraña pócima que actúa de forma diferente en cada pareja. Conozco una que está todo el día llamándose cariño, cari, amor, vida y, en realidad, lo hacen porque han olvidado su verdadero nombre.
Josetxu Rodríguez

viernes, 2 de marzo de 2012

El Génesis modernizado



NO era un paraíso de primera división, pero estaba bien. En lugar de leche y miel, manaban cereales transgénicos y benecoles; los sueldos no eran muy altos, pero tampoco los precios; y se podía vivir con cierta holgura. Adán y Eva se dedicaban la mayor parte del tiempo al dolce far niente sin preocupaciones en el horizonte.

Un día llegó la serpiente y le susurró a Eva al oído que habían abierto una tienda de Zara con moda de diseño a precio muy asequible y, de pronto, ella tomó conciencia de su desnudez. Una semana después vestía unos minishorts encima de los leggins comprados con el dinero que le había prestado la serpiente. El reptil insistió en su campaña y no tardó en acompañar a Adán a un concesionario de vehículos de donde volvieron con un 4x4 tan potente que hasta las gallinas dejaron de poner huevos. Fue solo el principio. Llegaron los viajes pagados a crédito, la cueva dúplex en la costa, Gol TV y los cursillos de pilates.

El dinero parecía inagotable y su avaricia fue en aumento, tanto que un día decidieron acercarse al Árbol de los Apple, ese que Dios les había prohibido tocar. En la versión machista de la historia, Eva cogió uno de los frutos, concretamente un iPhone, y se lo regaló a Adán, que empezó a comprar aplicaciones a destajo. El final de la historia ya lo saben ustedes: Dios les expulsó del paraíso y les condenó a parir con dolor y a ganarse la vida con el sudor de su frente. ¡Y no dijo nada de los créditos, que parecemos tontos del culo!

lunes, 30 de enero de 2012

¿Un fracaso escolar cum laude?



A la niña se le dan muy bien las matemáticas, por eso suspende todos los exámenes. Le resultan tan fáciles las ecuaciones, integrales y derivadas, que las resuelve mentalmente y luego le da pereza transcribir los desarrollos al papel, que regresa casi en blanco a manos del profesor. Esa es la explicación que les da a sus aitas, que difiere bastante de la del tutor.

Este dice que la jovencita se pasa las pruebas controlando la lluvia de fotones que desciende desde la lámpara fluorescente hasta las dos musarañas que dormitan junto al paragüero, lo que demuestra que está especialmente dotada para la física cuántica, la biología y la contemplación en un convento de clausura. Los aitas, que no entienden los nuevos baremos de créditos y cualificación estudiantil, no saben si castigarla hasta final de curso o comprarle un caballo.

Por eso, han hablado con el profesor de física, que ha corroborado lo dicho por el tutor y asegura que la niña es tan educada que también podría despuntar en educación física, y que está encantado de tenerla en clase, sobre todo, comparándola con ese alumno que se mete en el armario ropero a fumar y no sale hasta que suena el timbre del recreo y el que se desnuda y se pone a tomar el sol que entra por la ventana.

Dicho lo cual, a la pareja de progenitores solo le queda la opción de esperar a final de curso para saber si tienen en casa a una futura Premio Nobel o a una fracasada escolar cum laude. Qué tiempos, oiga.


Josetxu Rodríguez

viernes, 25 de marzo de 2011

Dios solo existe los miércoles





LA niña pregunta si el fin del mundo está cerca y él le dice que no con la convicción del viejo dinosaurio que no las tiene todas consigo. Están viendo juntos el telediario mientras comen huevos con gulas y, entre bocado y bocado, un tsunami se traga 20.000 personas y convierte sus pueblos en gigantescas escombreras. Ella no le quita ojo a la pantalla y él guarda silencio. Mientras untan pan en la segunda yema, un par de reactores nucleares saltan por los aires contaminando arroyos y campos. Grupos de niños cubiertos con mantas se calientan con estufas de queroseno refugiados en escuelas y polideportivos.

"¿Sus padres han muerto?", pregunta ella.

"No todos", dice él.

En el otro extremo del mundo, una coalición de países civilizados que han vendido aviones y tanques a un dictador con gafas negras, los bombardean ahora generando, de paso, un horizonte de futuros negocios. No han empezado aún con la fruta y un soldado norteamericano aparece posando junto al cadáver de un joven afgano como si se tratara de un trofeo de caza.

Aunque en su instituto no hay crucifijos colgados de la pared, ella suelta de sopetón:

"Aita, ¿Dios existe?".

"Solo los miércoles", responde él en un intento absurdo de buscarle una excusa, de que ella pueda dormir tranquila esa noche después de lo que ha visto.

Una vez en el dormitorio, ella captura una polilla que se golpea contra una lámpara y cuidadosamente la libera por la ventana. Después de todo, piensa él, puede que Dios solo esté de baja por estrés.
Josetxu Rodríguez