domingo, 29 de octubre de 2017

¡Vaya par de tahúres!

LOS jugadores compulsivos se arrancaron ayer mechones de pelo mientras escuchaban a Puigdemont decir lo que dijo, porque no estaban seguros de que lo que dijo significara lo que quería decir. La casa de apuestas optó por tirar abajo los servidores ya que no sabía a quién dar el premio, si a los que habían apoyado la convocatoria de elecciones o lo contrario. Llegué a pensar por un momento que el Govern de la Generalitat estaba invirtiendo los ahorros de sus consejeros y amañando los resultados para hacer caja y poder pagar la fianza de Mas y los Jordis. Vista su errática política, ahora estoy convencido de ello. Cuando hablamos de las decisiones que se están tomando en Catalunya es difícil acertar, por no decir imposible. Solo aquel bilbaino ilustre que viajaba hasta el hipódromo de Donostia y, como no le gustaba perder, apostaba a todos lo caballos podría salir airoso de un reto semejante. Por lo demás, todo buen ludópata sabe que, en ocasiones, la única forma de ganar es no jugar. Y eso ocurre tanto en el tres en raya como en la guerra termonuclear. Me duele decirlo, pero creo que si Rajoy y Puigdemont hubieran tenido que hacer frente a la crisis de los misiles de Cuba, en estos momentos todos estaríamos en taparrabos cazando ratas fosforescentes en alguna caverna de por ahí. Ambos deberían saber ya que solo Fabra era capaz de ganar en los juegos de azar y era gracias a que no participaba en ellos. Vaya par de tahúres, madre mía.
Josetxu Rodríguez
@caducahoy

domingo, 22 de octubre de 2017

El dedo en el botón 155


El jueves soñé que me aplicaban el artículo 155, que debe ser algo así como el artículo 33 con mala hostia, y me desperté sobresaltado. El 155, tía. Eso es droga dura. Palabras mayores. El copón de la baraja. Un arma de destrucción, más IVA. Hasta el gato se ha asustado. Tanto es así que no se atreven a dispararlo contra Catalunya por si se produce una reacción en cadena y los dos millones de catalanes independentistas trasladan su domicilio fiscal a Andorra. A Montoro le da un yuyu. Sobre todo, ahora que anda el hombre anunciando en Bruselas que el presupuesto de Sanidad y Educación va a caer a mínimos históricos. Concretamente un 6 y un 4%, respectivamente.
El espantajo de ese artículo y la pelea de manguis en que han convertido una declaración de independencia en diferido, les viene genial para distraer la atención mientras le dan a la manivela de los indultos, pasan desapercibidos juicios por corrupción, atraen el voto de la ultraderecha fascista y ocultan 11.000 millones de gastos en el Ministerio de Defensa, por solo poner ejemplos de esta semana.
Me cuentan que ya han probado el efecto del 155 en los Monegros con resultados totalmente satisfactorios. Se han hecho con las administraciones de tres pueblos y los vecinos ni se han enterado. Rajoy tiene el dedo en el botón rojo. Sálvese quien pueda. Y si todo falla, está dispuesto a rodear Catalunya con un muro y, como le aconsejó Trump, que lo paguen los catalanes. Con un par.
Josetxu Rodríguez
@caducahoy
 

martes, 17 de octubre de 2017

El alcohol va a misa



SI no soy bebedor es porque el mundo me hizo así. No es mérito propio, sino un reflejo condicionado. Mi infancia giró alrededor del bar de mis padres y me pasó lo mismo que a los monaguillos, que tanto tiempo junto al vino de misa les provoca un síndrome que, de adultos, les impide pisar una iglesia ni para casarse. 
Conocí a muchas cuadrillas de txikiteros cuyos miembros iban desapareciendo misteriosamente, de un día para otro. Me recordaban aquellas cargas de las películas, donde un ejército avanzaba en apretadas filas y todo el soldado que caía era reemplazado inmediatamente por otro. Pensé que más pronto que tarde serían sustituidos por adictos de nueva generación: los fumadores de porros, por ejemplo. Pero de eso, nada. Ahí siguen defendiendo sus territorios poteros contra viento y marea. 
Las cuadrillas celebraron su fiesta cantando y, como siempre, ajenos al riesgo de su actividad. No les asusta el alcohol, una sustancia que si se descubriera hoy, estaría prohibida por su capacidad de adicción y peligrosidad. Aunque puede ser que teman más el precio del botellín de agua, que cotiza en el Ibex. 
La última vez que estuve en el médico me preguntó si bebía. Le dije que una cerveza con la comida y anotó en su informe: alcoholismo moderado. Igual es lo mismo que les dicen a ellos y han decidido que de perdidos al río. Yo me lo pensaré.

Josetxu Rodríguez
@caducahoy


 El pasado día 11 se celebró la Fiesta de los Txikiteros (Pablo Viñas)

martes, 3 de octubre de 2017

Si te gusta, no lo compartas






SI te gusta, no lo compartas. He llegado a esta conclusión tras comprobar el deterioro irremediable de todo aquello que se muestra en Internet, ya sea una playa o un restaurante. Hace unas semanas, un grupo de amigos subió a YouTube un pequeño vídeo de una paradisíaca piscina natural en la costa italiana. Días después, se agolpaban en ella más de 300 personas con sombrillas y barcas hinchables, además de dos vendedores de pulseras, uno de buñuelos y un dentista de Güeñes.
 Durante años viajé a lugares que aparecían en la guía Trotamundos para descubrir que apenas quedaba un decorado de época asediado por turistas y vendedores de chirimbolos. Y fui consciente de que tan importante como ver es sentir el lugar y es imposible hacerlo si en el corazón de la pirámide de Keops te encuentras con un batallón de marines vociferantes, aunque algunos estén sobrios. 
Hoy, los viajes baratos y las redes sociales son capaces de colocar una brigada de domingueros con barbacoa en cualquier punto del planeta con más velocidad y poder destructivo que un misil norcoreano. Por eso, no hay que identificar los objetivos. Disfrutemos solos de esos paraísos microscópicos que vamos descubriendo como si fueran un tesoro. Y compartámoslos de boca a oído con las personas que queremos como si de un regalo se tratase. De lo contrario, les pasará lo mismo que a esos peces multicolores que se tornan grises apenas se les saca del agua para mostrarlos.

Josetxu Rodríguez
@caducahoy