viernes, 25 de mayo de 2018

Desprotección de datos

Bragas en la cabeza



TENGO el correo, el teléfono y el buzón de casa colapsados con mensajes horripilantes por la entrada en vigor de la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal, que es como un Apocalipsis para todos aquellos que tenemos alma de bibliotecario.

Si he entendido bien lo poco que se entiende de la parte que no es ininteligible, almacenar datos de personas sin su consentimiento expreso puede llevarte a la cárcel un buen puñado de años y ser penalizado con una multa de hasta 20 millones de euros. Que podría pagarla, si es el caso, pero no es esa la cuestión. Por eso, he empezado a tomar las primera medidas para cumplir al pie de la letra una directiva que protege algo que todos nos empeñamos en difundir a los cuatro vientos por las redes sociales y con fotos geolocalizadas y etiquetadas cuidadosamente: @Enara, #borracha, con las #bragasenlacabeza. Y al lado, el emoticono de la sevillana, por poner un ejemplo. Somos así.

Pero, a partir de mañana, mucho cuidado, podrás ir por la calle con la bragueta abierta, pero no con la lista de tus clientes al aire. Tengo dudas de si esta directiva de 88 folios afecta solo a los documentos digitales o también atañe a otras bases de datos como, por ejemplo, los álbumes fotográficos de bodas y bautizos, donde aparece tanta gente a la que no conocemos. Sería la oportunidad de destruirlos para siempre y hacer un poco de sitio en casa, que siempre viene bien. Lo preguntaré.

Josetxu Rodríguez
@caducahoy

lunes, 21 de mayo de 2018

¿BILBAO caro? ¿Quién ha dicho, pues?


¿BILBAO caro? ¿Quién ha dicho, pues? Imagino que algún sinsorgo, porque yo no tenía noticia. Además, ¿quién se fija en eso? Cuando los bilbainos salimos al extranjero internacional no ponemos pegas. Echamos mano a la cartera sin rechistar y pagamos nuestra ronda y la de todo el bar. ¿Qué vas a hacer si no? ¿Quedar como un rácano? Anda, no me jodas. Aunque en algún momento tendrán que corresponder los visitantes ¿no? Dicen que les pedían 800 euros por una habitación. ¿Y eso es un sablazo? Yo apoquiné por dos habitaciones con un minibaño y nanococina 300.000 euros en Txurdinaga. Y eso que casi nunca voy a dormir, porque tras la poteada habitual no recuerdo la dirección. 
Bilbao es un país planetario donde, quieras o no, todos nacemos ricos de solemnidad. Aquí vas a comprar un rape y te piden que pagues con bitcoins. Y eso, a uno del botxo, le llena de orgullo. Como cuando me cruzo con los munipas en sus flamantes Mercedes. Ostia, que dan ganas de bailarles un aurresku. Lo mismo digo de la Diputación Foral, que quiere culturizarnos y, en lugar de poner un anuncio en la tele como en otros sitios, ¡te envía a casa la entrada del Guggenheim con el billete de ida y vuelta del autobús pagado! ¡Con dos ovarios! Esta idiosincrasia, amigos turistas, hay que abonarla a escote. Que ustedes vienen y se van tan contentos, pero nosotros nos quedamos. Solo de pensarlo, se me caen las lágrimas de satisfacción.

Josetxu Rodríguez    @caducahoy

lunes, 14 de mayo de 2018

El cartero de cabecera

Cartero de correos

MI cartero de cabecera se jubila y me deja huérfano en el proceloso mundo de la paquetería, porque el género epistolar hace mucho que desapareció y ya no te escriben cartas ni los del Círculo de Lectores, que ya es decir. Le conozco desde hace tantos años que no recuerdo cuántos. Hemos crecido juntos, perdido el pelo al unísono y presumimos de una tupida barba que se tiñe de blanco a pasos agigantados. Le he dicho que me hace una faena, que lo piense mejor y que lo aplace un par de años. ¡Y el tío se lo ha pensado por un momento! 
Con su Vespa amarilla subiendo la empinada cuesta con la bolsa de cuero en bandolera daría para un cuadro costumbrista. Pero no hay pintor que quiera inmortalizarlo. Quedan pocos mensajeros así. Esos que te advierten cuando un sobre tiene pinta sospechosa, multa a la vista, o te firma él mismo un certificado si no estás en casa porque la cosa es de trámite. Además de realizar su función, pasa revista al vecindario por si hay bajas, ventanas rotas o algún viudo o viuda necesita cinco minutos de conversación. Pero tanto valor añadido para el usuario, no es eficiente para la empresa. Le sustituirá un joven motorizado y monitorizado, con un salario minúsculo y una ruta mayúscula, que durante diez horas irá tirando paquetes al portal sin bajarse de la bici o la furgoneta, mientras sueña que algún día se convertirá en piloto de Fórmula 1 o ganará el Tour de Francia. Aunque eso ya es otra historia.

Josetxu Rodríguez
@caducahoy

viernes, 4 de mayo de 2018

Pote o plomo

Portada de la revista El Jueves

POCAS cosas hay tan destructivas para un ecosistema como un concejal de Turismo ocioso. El último que lo ha demostrado es Pascual Díaz Hernández, que ocupa ese cargo en el pueblo almeriense de Carboneras y que consideró una buena idea pedirle varios vídeos a John Jairo Velásquez, alias Popeye, para promocionar, sus playas, sus fiestas y su marisco. ¿Y qué problema hay?, se preguntarán ustedes. Pues, que ese señor es uno de los sicarios más sanguinarios del cártel de Medellín, general de la mafia de Pablo Escobar y asesino confeso de 300 personas, por lo que ha estado 23 años en prisión.
La metedura de pata ha sido antológica, pero, como no hay mal que por bien no venga, el edil se ha defendido con el argumento de que, en solo tres días, 186.000 personas se han enterado “de las bondades de la gamba roja local”. La estrategia para promocionar este enclave es bastante peculiar y dio comienzo en 2003, cuando permitieron construir el hotel Algarrobico, con 400 habitaciones y 21 pisos rodeando una montaña pegada al mar junto a al parque natural del Cabo de Gata. El éxito de esta iniciativa también fue rotundo, ya que, sin gastar un duro, el nombre de Carboneras y su hotel pirámide llevan quince años llenando páginas de periódicos y alimentando programas. Como todo lo malo se pega, me pregunto si veremos algún día a un exmilitante de ETA sugiriendo en televisión: “Visita Euskadi, ¡joder! Por la cuenta que te tiene. Recuerda, pote o plomo”.

Josetxu Rodríguez
@caducahoy