viernes, 25 de mayo de 2018

Desprotección de datos

Bragas en la cabeza



TENGO el correo, el teléfono y el buzón de casa colapsados con mensajes horripilantes por la entrada en vigor de la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal, que es como un Apocalipsis para todos aquellos que tenemos alma de bibliotecario.

Si he entendido bien lo poco que se entiende de la parte que no es ininteligible, almacenar datos de personas sin su consentimiento expreso puede llevarte a la cárcel un buen puñado de años y ser penalizado con una multa de hasta 20 millones de euros. Que podría pagarla, si es el caso, pero no es esa la cuestión. Por eso, he empezado a tomar las primera medidas para cumplir al pie de la letra una directiva que protege algo que todos nos empeñamos en difundir a los cuatro vientos por las redes sociales y con fotos geolocalizadas y etiquetadas cuidadosamente: @Enara, #borracha, con las #bragasenlacabeza. Y al lado, el emoticono de la sevillana, por poner un ejemplo. Somos así.

Pero, a partir de mañana, mucho cuidado, podrás ir por la calle con la bragueta abierta, pero no con la lista de tus clientes al aire. Tengo dudas de si esta directiva de 88 folios afecta solo a los documentos digitales o también atañe a otras bases de datos como, por ejemplo, los álbumes fotográficos de bodas y bautizos, donde aparece tanta gente a la que no conocemos. Sería la oportunidad de destruirlos para siempre y hacer un poco de sitio en casa, que siempre viene bien. Lo preguntaré.

Josetxu Rodríguez
@caducahoy

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