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viernes, 26 de agosto de 2016

Lloverá o habrá llovido



UNO de los momentos más divertidos del verano es dilucidar si va a llover tras escuchar a los meteorólogos decir que las probabilidades son del 50%. ¿Qué significa eso? 
¿Que puede que sí o puede que no? 
¿Que hay un 50% de probabilidades de que llueva en todo el territorio o que jarreará seguro en la mitad de la región y en la otra mitad no? 
¿Tal vez que lo hará durante la mitad del día y escampará después? 
Resumiendo: que por un lado, ya sabes, y por el otro ¿qué quieres que te diga? 
Los que visitamos Asturias a menudo somos catedráticos en meteorología aplicada. Yo me guío por los pájaros, la floración de algunas especies y la madera de avellano. Si están mojadas es que ha llovido, que está lloviendo o que va a llover. Eso seguro. También puede ser que lo hiciera hace un mes y las cosas no se hayan secado aún. De hecho, dejé colgadas un par de camisetas el año pasado y todavía les faltan un par de semanas. Aunque es posible que esté orbayando, que es un chispear minimalista y desganado, un proyecto de diluvio efímero y evanescente que seca antes de caer sobre las cosas, pero que las cala igual. Sirimiri, vamos. 
Mi querida esposa considera que llueve si se le riza el pelo, aunque no haya caído ni gota. Y envidia a los calvos por el buen tiempo del que disfrutan. Hay otros métodos para asegurarse veranos secos y apacibles: cargar con un paraguas en la mochila continuamente y no lavar el coche. Si lo haces, te mojarás seguro.
Josetxu Rodríguez                       @caducahoy

lunes, 27 de mayo de 2013

Nos falta tiempo: ¿quién se lo está llevando?




COMENZAMOS hablando de los alimentos transgénicos, de la carne de cerdo fosforescente y de los rodaballos de granja que saben a carne de pollo alimentado con harina de pescado. Acto seguido, el tema derivó hacia la superexplotación de los animales y la posibilidad apuntada en televisión de crear vacas sin patas para que no derrochen energías en caminar y se dediquen exclusivamente a producir leche. 
Alguien explicó el caso de las gallinas, que se pasan la vida en una jaula de 40 centímetros cuadrados, con luz 20 horas diarias para que pongan más huevos. Al llegar a este punto, uno dijo que últimamente había notado que los fines de semana duraban muy poco. 
Se formaron dos bandos: los que le daban la razón y los que discrepaban señalando que eran los días de labor los que cada vez eran más largos. Ambos grupos coincidían, no obstante, en la impresión de que cada año tenía menos días de fiesta. El más leído trajo a colación el caso de ese satélite ruso que iba a desplegar un espejo gigante para dar más horas de luz a Siberia y aseguró que en Europa lleva años funcionando y que por eso los días de labor son más largos y las noches más cortas y que él cada vez estaba más cansado y que terminaríamos todos sin piernas en un jaula de medio metro con un ordenador delante. 
La verdad es que no supimos qué decirle, entre otras cosas porque el fin de semana se acabó de repente. Nos dio la impresión de que dos horas antes de lo previsto.
Por Josetxu Rodríguez