EL presidente de la Asociación de Autopistas de Pernada, antes de peaje, ha dado con la solución a la bancarrota que sufren algunas de las concesionarias: imponer el pago en la autovías. Eso sería perfecto, el Gobierno podría recaudar un pastón para tapar algunos baches y, de paso, mandarles clientes y respaldar sus créditos. Que esas carreteras se hayan construido con dinero público no tiene ninguna importancia. También los medicamentos estaban sufragados con fondos públicos y hay que volver a pagarlos. El neocapitalismo tiene sus cosillas y esta es una de ellas.
Hay que impulsar la economía imaginativa y solo así este país podrá convertirse el día de mañana en una moderna monarquía bananera. Es más, ¿por qué no aplicar la tasa también en las carreteras secundarias? O, aún mejor, que las cierren, que son inseguras. Se podrían arar y plantar en ellas geranios. El efecto sería aún más beneficioso y mucho más estético. Y llegados a este punto quizá habría que dar un paso al frente y practicar la reingeniería económica. Por ejemplo: ¿por qué el agua del grifo es potable sabiendo como se sabe lo que esto perjudica a las empresas que venden agua mineral? Solucionando esta pequeña eventualidad salvaríamos todo un sector que podría convertirse en puntero en pocos años.
El presidente de la patronal de autopistas tiene soluciones para casi todo. Es más, si no está en el Gobierno es porque no lo necesita. Eso seguro.
Josetxu Rodríguez
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