[caption id="attachment_786" align="aligncenter" width="342" caption="La única forma de resistirse a ese perfume"][/caption]
ELLA me ha regalado un perfume con feromonas y no sé cómo tomármelo. Según dice la Wikipedia, esa biblia de los ignorantes, son hormonas que produce el cuerpo y su función es seducir y atraer al sexo opuesto. Según leo en el prospecto de Exotique, que así se denomina la pócima, la ducha diaria y otros hábitos de limpieza hacen que desaparezca esa "química animal" y nos vuelven invisibles para la libido de otras personas. Este perfume solventa esa triste situación y nos pone en el escaparate para que se nos detecte con el olfato a metros de distancia.
Bueno, pensé, en principio la cosa promete, ella no quiere que sea un ectoplasma sensual. Además, según dice la publicidad, se ha hecho un ensayo con 20 personas en un bar y todas ellas sin excepción causaron gran interés en el sexo opuesto. Claro que, a continuación, señala que las feromonas también impactan en el mismo sexo y eso conviene estudiarlo más detenidamente porque, si bien especifica que en este último caso se traduce en "un aumento de carisma y de liderazgo", una desviación en el resultado podría ser un tanto comprometedora. En esta etapa de mi vida, lo que menos me gustaría es ser un líder carismático entre todas las mujeres y un objeto sexual de primer orden entre los hombres. Ya escarmenté en aquella ocasión en que para aprovechar los restos de colonias del armarito del baño los mezclé todos y durante dos meses estuvieron siguiéndome todos los perros de la ciudad. Y su amor no era platónico precisamente.
Josetxu Rodríguez
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