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lunes, 10 de julio de 2017

Perdonen que me ría



HAN hecho análisis, contraanálisis y una cata de bacilos y han llegado a una conclusión sorprendente: la ría de Bilbao no es apta para el baño, no puede beberse y moja cuanto te metes en ella. Algo que todos los del bocho sabíamos, pero lo guardábamos en secreto para no espantar a los turistas; que bastante susto se llevan los pobres con los precios de los hoteles: se los duplican de la noche a la mañana aprovechando el BBK Live y, encima, les abroncan porque no han ocupado todas las habitaciones. 
En realidad, solo a los foráneos se les puede ocurrir darse un chapuzón en ese cauce de nuestros amores. Desconocen que únicamente los del centro de Bilbao y los de Deusto pueden bañarse en ella sin peligro. Las bacterias temen a los primeros porque son capaces de hacer un pintxo con cualquier cosa, y saben que los segundos llevan en el ADN tomatero suficientes pesticidas, herbicidas y fungicidas para acabar con un bicharraco solo con el aliento. 
Los que cruzamos la ría a diario vemos que mejora adecuadamente, pero intuimos que le faltan unos cuantos lustros para conseguir la bandera azul. Aparenta estar limpia, tiene peces y hasta un caballito de mar con tres ojos y una pierna, pero también el agua del estanque de los patos de doña Casilda tiene buen aspecto y nadie se la echa al whisky. Si quieren un consejo, fíjense en las gaviotas: todas llevan sandalias cangrejeras cuando caminan por el fango de las orillas. Y no han hecho análisis de metales pesados.
Josetxu Rodríguez
@caducahoy

viernes, 30 de junio de 2017

¡Que te pires, leptospira!




La leptospira, esa bacteria que no tiene ni media hostia, ha estado a punto de provocar la evacuación de Bilbao, una ciudad que ha resistido crueles bombardeos, la guerra de las banderas y una carrera de Fórmula 1 en el Parque de los patos. Mientras tanto, los veteranos del lugar nos reímos de la histeria colectiva y nos echamos las manos a la cabeza. Y no por la incidencia de la enfermedad, que es insignificante y no se manifestaba desde 2013, sino por la cantidad de organismos que se han movilizado para hacer frente a las toses de un par de bañistas. Ni la ONU tiene tantos observadores como los que dedican su atención a esta ría del Nervión que, aunque la miremos con buenos ojos, no es el Orinoco. El Consorcio de Aguas, el Ayuntamiento de Bilbao, Osakidetza, la Agencia Vasca del Agua y la Demarcación de Costas la tienen en el punto de mira y se muestran incapaces de acorralar a este bicho que si se cae desde el borde de una mesa se mata. Antes de nadar en un cauce que ha estado muy enfermo, los expertos piden sentido común, pero no hay suficiente para todos. Y, al final, el alcalde ha tenido que ponerse el bañador de mando y evitar que la Villa aparezca en las listas junto a Fukushima, Chernóbil, Guinea Conakry, o lo que es peor, en el último puesto de Tripadvisor. Para ello ha preparado un plan y atacará con una enorme batería de protocolos, permisos, documentos, parámetros y análisis. Nada ni nadie puede sobrevivir a algo así. Leptospira, ya eres historia.