viernes, 22 de diciembre de 2017

¡Que no me toque la lotería, por favor!



 Todo listo para ganar el gordo
 
NO quiero que me toque la lotería. Juego por obligación, para no parecer raro o desconsiderado con mi entorno. Y lo hago con cierto temor de que la suerte me acompañe. El mundo está lleno de gente desgraciada por su culpa. Personas normales que, de la noche a la mañana, se emborrachan de euros y enloquecen. Una de ellas, apenas cobró el premio, se operó los labios, se puso pecho y culo prominente, gastó fortunas en tratamientos cosméticos, compró un coche de lujo, un palacete y unos zapatos con tacón de aguja. Después de dar la vuelta al mundo reconoció que se había equivocado, que el dinero no da la felicidad y que no había encontrado al hombre de su vida. Y eso que lo había buscado en los mejores hoteles del mundo y en varios McDonald’s. Es comprensible, ya que la persona de quien hablo era jugador de rugby cuando le tocó el gordo y los trajes de Felipe Varela y Ruiz de la Prada le quedaban fatal, ya que tenían que ponérselos de dos en dos para cubrir su desparramada musculatura. Nadie le advirtió de que las cosas importantes de la vida no tienen precio. Ni siquiera el amor. Por eso hoy no quiero ser un agraciado, ni tener que espantar de la puerta de casa a vociferantes inversores que quieren administrar mi fortuna. Bastante tengo con las gallinas del vecino, que vienen apenas amanece a reclamar su porción de pan duro. Si quieren mis décimos, pasen esta tarde sobre las cinco y se los regalo todos. O casi todos, depende.
Josetxu Rodríguez 
@caducahoy

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