Si cualquier día de estos se colapsan los servidores de vídeos de YouTube y hacen huelga los meteorólogos, los informativos de televisión de la mayoría de las cadenas generalistas tendrán que emitir la carta de ajuste, si es que sigue existiendo, por falta de contenido.
Es sorprendente la cantidad de veces que abren sus boletines con imágenes de internet grabadas por cámaras de seguridad en las que se aprecia cómo alguien apalea, dispara o arrolla a su víctima. Puede haber ocurrido a la vuelta de la esquina o en Wisconsin hace dos veranos, para el caso es igual. Al morbo no le afecta el espacio-tiempo y cumple su función de igual manera. Tienen otra característica más valiosa para las televisiones: son baratos, muy baratos. Vamos, que son gratis y solo tienen que cogerlos de la red y emitirlos libremente. No hacen falta periodistas, solo un técnico que dé al play a su debido tiempo.
Algo similar ocurre con la información meteorológica. He cronometrado 15 minutos de discurso isobárico en el que se explicaba pormenorizadamente los símbolos que aparecían en pantalla sobre todas y cada una de las comarcas de la península: un sol, unas nubecillas, un nubarrón con un rayo intermitente...
En canal Disney tardan menos tiempo en explicar a los niños la Teoría de la Relatividad, lo que no dice mucho en nuestro favor. Si la edad mental que se le supone al televidente es esa, todo lo que nos pase es poco. Ya te digo.
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