Si la cosa no cambia, veo un futuro lleno de usuarios de vehículos autónomos muertos de inanición en las rotondas mientras esperan que algún conductor humano les ceda el paso. ¿Qué harán estos utilitarios que cumplen todas las normas de tráfico cuando los peatones empiecen a insultarlos y a zarandearlos? ¿Aparcar en la cuneta para sollozar o llevarán de serie algún dispositivo taser para defenderse del acoso? Si a una expendedora de bollos se la patea cuando se traga una moneda, ¿qué no sufrirán estas almas cándidas de la carretera nacidas sin maldad? Quizá necesiten llevar de serie al volante un maniquí malencarado para hacerse respetar. O una pegatina en la que pueda leerse bien clarito: ¡Cuánta gente para atropellar y qué vida más corta. Yo voté a Trump. Puede que así, sí.
Josetxu Rodríguez. @caducahoy