martes, 17 de julio de 2018

Carta a Dios sobre deficiencias en el cuerpo humano


MUY Señor mío. No soy quién para enmendarle la plana, Dios me libre, pero después de haber probado durante muchas décadas su modelo de cuerpo humano, no me queda más remedio que comunicarle algunas de las deficiencias que he notado. Todo ello desde el respeto y con el único fin de mejorar sus prestaciones para que las incluya en la próxima actualización. Tenga en cuenta que el prototipo tiene 2,6 millones de años y, en este tiempo, apenas le ha dedicado usted atención. 
Solo hace falta salir a la calle para ver la fatiga del diseño y los materiales. Por ejemplo, se nota mucho que usted creó la parte izquierda del tronco y la copió en la parte derecha. Y es una pena, porque podría haber aprovechado para dar nuevas funcionalidades a ese extremo. Por ejemplo, echo de menos un cuerno o una espina venenosa o algo para defenderse de los agresores y los amantes. Otros animales tienen atributos muy llamativos, por ejemplo, el unicornio, el colibrí o la jirafa. Me encanta los tonos de su piel. Comparados con ellos somos sosos y deslavados. ¿Qué tal un estampado de amebas para la proxima generación? 
Caso aparte es el sexo: totalmente decepcionante. Solo dos y, encima, muuuuuy pequeños. Qué falta de esmero e imaginación. Sugiero una docena y de buen tamaño, porque las chicas están que trinan. Normal, si tienen que parir por decreto, ¿por qué no ha hecho la salida más grande con una cremallera o un velcro? En cualquier empresa de ingeniería genética le habrían despedido muy de mañana. Es como nuestras tetas: ni sí ni no, sino todo lo contrario. Dos botones en medio del pecho. Si al menos pudiéramos subir el volumen y desconectar la tele con ellos tendrían algún sentido. Vaya pensándolo, que la semana que viene sigo.

Josetxu Rodríguez
@caducahoy

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