lunes, 13 de abril de 2015

El supositorio no se pone así




Hace unos días se cumplió el aniversario de una de las noticias que cambió el modo de administrar uno de los medicamentos más usado por aquellas fechas: el supositorio. Un diario inglés publicó un estudio que demostraba que los europeos nos introducíamos ese medicamento al revés, lo que dificultaba que viajara por sí mismo hacia el interior del cuerpo. Miles de personas, que se enteraron de la noticia de oídas, siguieron el consejo y le dieron la vuelta sin saber a ciencia cierta si acertaban o se equivocaban. Hasta 1991 no se aclaró el dilema y tuvo que ser la revista médica The Lancet quien explicara que había sido diseñado para ser usado por la parte roma y quien dijera lo contrario estaba de broma. Acertó de pleno. 
El origen de la confusión era una de las tradicionales inocentadas que el mundo anglosajón celebra el 1 de abril, al igual que nosotros el 28 de diciembre. Seguramente, han leído ustedes algunas dándolas por ciertas. Por ejemplo, esos zapatos con ranura para insertar el móvil y hacerse selfies, el cuchillo inteligente que regula el filo según el alimento, los trajes de astronautas para vacas que diseña la NASA, el calcetín imperdible que emite el sonido similar a un lamento si le separas de la pareja y el buzón de portal que escupe la publicidad como si fuera spam
Desgraciadamente, los viajes que pagamos a la Guardia Civil para que viaje a Lourdes y las abarcas que Prada vende a 800 euros no entran en esa categoría. Y no es para tomárselo a broma.

Josetxu Rodríguez
@caducahoy

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