jueves, 25 de mayo de 2017

Un patafísico vasco que nació el año que viene




 Alberto Palomera, en su estudio
 
EL profesor Alberto Palomera es uno de esos personajes imprescindibles en todo grupo civilizado que se precie de serlo. Es más, en mi humilde opinión, se le debería proporcionar todo aquello que le permitiera vivir con la humildad y estoicismo que le caracteriza para que, superada toda distracción terrenal, se dedicara en cuerpo y mente a la contemplación patafísica, en la que es una eminencia completamente desconocida, aspecto del que está muy orgulloso porque cumple con todas sus expectativas. 
La patafísica, como todos ustedes saben, es una ciencia paródica dedicada “al estudio de las soluciones imaginarias y las leyes que regulan las excepciones”. Algunos ejemplos de sus disciplinas son la cátedra de Cocodrilología, Pedología y Adelfismo; la de Alcoholismo estético, con muchos miembros ilustres en Euskadi, y la de PNVología, que estudia la excepcional capacidad de pactar con todos los contrincantes al mismo tiempo. Palomera, que fundó el Colegio de Patafísicos Vascos el año que viene, es además un artista multidisciplinar y poliédrico. Hace unos días, presentó su libro golosina ilustrado Epi’Patafísica [Instrucciones de uso]. Con él quiere enseñarnos “a mirar donde nadie mira” y despertar en nosotros el gen que nos evite una era de “hibernación y atolondramiento perpetuo”. Cómprenlo, aunque solo sea por salvar a la Humanidad.
Josetxu Rodríguez
@caducahoy

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