miércoles, 23 de marzo de 2016

Angulas por lichis: los chinos se parten de risa




MI relación con las angulas ha sido bastante estrecha. Vamos, que no nos íbamos juntos de vacaciones, pero sí de pesca. Es decir, las cogía con un cedazo, las colocaba por parejas en el anzuelo y me ayudaban a atrapar hermosas lubinas. Era una amistad un tanto egoísta por mi parte, pero, al menos, no causaba estragos en su frágil especie como quienes las devoran a centenares en una cazuelita con guindilla y cuatro ajos para que sepan a algo. Gastronómicamente hablando las coloco a la altura de los fideos chinos y creo que algún día su consumo estará prohibido como el de otros alevines por el daño ecológico que produce. 
Por eso me ha llamado mucho la atención que los chinos se las lleven de contrabando en maletas y las paguen allí a 2.000 euros el kilo. Dudo mucho que sea para degustarlas. Sobre todo, si tenemos en cuenta que una angula mide 8 centímetros y puede llegar a convertirse en una anguila de metro y medio. Una plusvalía que aderezada con la tradicional paciencia oriental puede dar pingües beneficios en los restaurantes orientales. Cabe otra posibilidad: que consigan clonarlas o cultivarlas en piscifactorías y dentro de un par de años en lugar de vendernos lichis nos inunden con toneladas de esta especie. Estoy seguro de que quienes las defienden como un manjar dejarían de hacerlo. ¿Angulas? Quita, quita, qué vulgaridad.
@caducahoy

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