viernes, 5 de junio de 2015

En Finlandia, los que suspenden son los profesores...


MIENTRAS miles de alumnos vascos viven acongojadillos ante la cosecha de calabazas que se avecina, en Finlandia, que posee uno de los mejores sistemas educativos del mundo, quienes andan estresados con los exámenes finales y los suspensos son los aspirantes a maestro. 
Esto, que parece una paradoja, es una de las claves de su excelencia y así lo explicó hace unas semanas el decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Helsinki. Jari Lavonen dijo que “los niños de cuatro años lo que necesitan es ir a jugar, no a la escuela”. 
De hecho, no comienzan a asistir a clase hasta los 7 años, tienen menos horas lectivas, no les ponen deberes y son muy pocos los repetidores en Primaria. No ocurre lo mismo con los profesores, que tienen que sudar tinta para acceder al puesto. De los 3.000 aspirantes a matricularse en la carrera de maestro pasan a la segunda evaluación unos 300. “Luego les entrevistamos y seleccionamos a 120 para que accedan a la Facultad de Magisterio”. 
“Son los mejores -dice Lavonen- les formamos bien, la sociedad confía en ellos, se sienten apoyados”. Resumiendo, que los padres educan a los niños hasta los 7 años, luego pasan a manos de un maestro vocacional y muy preparado que no cae rebotado de otras facultades porque no le da la nota y que cuenta con los medios necesarios para impartir clase. Cuando la administración, los profesores y los padres hacen sus deberes, los niños aprueban. Qué curioso, ¿verdad?
Josetxu Rodríguez
@caducahoy

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