domingo, 30 de junio de 2013

El homo vigoréxicus interruptus, un peligro para la Humanidad


ENTRE las especies de homínidos que malvivimos en la zona euro hay ejemplares no exentos de peligro. Uno de los más dañinos por su amplio potencial para producir estragos en todo tipo de bienes, ya sean propios o ajenos, es el Homo Vigoréxicus interruptus. Esta especie de supermán a tiempo parcial suele pasarse el año matasellando albaranes en una distribuidora de txistorras o quemándose los ojos ante un ordenador, pero cuando llegan las vacaciones se dirige a una agencia de tourturing y contrata un programa al que ni siquiera el juez del caso Nóos, que los tiene bien puestos, sería capaz de hacer frente por más que incluya un seguro de vida y una UVI móvil. 
El Vigoréxicus interruptus es un individuo con gran propensión a padecer y producir politraumatismos y lo mismo te cae encima desde un puente atado a una soga, que se precipita sobre tu tortilla colgando de un parapente. En ocasiones puede pasarte por encima con una moto de agua, atropellarte con un caballo desbocado o aparecer enredado en la pita de la caña de pescar con bombonas de oxígeno y todo. 
Solo rivaliza con él, en lo que a molestias se refiere, el Explorator nautilensis, que suele introducirse en alta mar a lomos de un sillón flotador con mar arbolada y viento fuerte. Ambos merecen ser hibernados en junio y descongelados en septiembre para tranquilidad de la comunidad en general y de los servicios de emergencia en particular.
Josetxu Rodríguez

viernes, 28 de junio de 2013

"Sin whatsapp, sin whatsapp..." , el éxito póstumo de #Jarcha


 Del "Libertad, libertad, sin ira libertad..." al "Sin whatsapp, sin whatsapp..." han pasado unas cuantas décadas.
Oregón TV, un programa de humor de la cadena autonómica Aragón Televisión hace una genial parodia del grupo Jarcha con una letra actualizada al mundo 2.0. Es muy adcitiva, véase con moderación...


Y aquí el original...


lunes, 24 de junio de 2013

¿Profesores en fuga?



JUNTO a la de mercenario, piloto de fórmula uno y periodista de la prensa del corazón, una de las profesiones más arriesgadas del mundo es la de maestro. Me lo confirma Emilio C., un veterano de la Guerra de Magisterio condecorado en varias ocasiones por su valor ante las huestes de preescolar, experto en defensa antiadolescente y herido en la batalla de bollicaos que asoló el comedor de su colegio en la campaña de 2007. 
Esta especie de coronel docente, que se enfrenta a diario a una inagotable infantería enemiga, confiesa que todavía le tiemblan las piernas cuando se da la vuelta para escribir en la pizarra y siente que tiene 30 pares de ojos clavados en la espalda. "Bueno, -puntualiza- 30 pares de ojos y un puntero láser que nunca se sabe si proviene de un llavero o de la mira telescópica de un fusil de asalto M-16". 
El bueno de Emilio me explica lo difícil que es enseñar algo cuando has de pasarte el día a la defensiva ante toda una generación de bestezuelas que han crecido sin bridas. Pese a que las hostilidades no han llegado al nivel de Gran Bretaña o Estados Unidos, donde se pide a los alumnos que no agredan al profesor, al menos, hasta que la clase haya terminado, los sindicatos de la enseñanza ya han alertado sobre los estragos que causa el estrés de combate entre la profesión. 
Convendría tomar nota de la advertencia, no vaya a ser que el día menos pensado el profesorado se rinda y no vuelva en septiembre. ¡Dios no lo quiera!
Josetxu Rodríguez

jueves, 20 de junio de 2013

¡Qué bonita es la lluvia...en otro país!


Primera semana
Acabo de llegar a Euskadi. Qué felicidad volver a sentir la lluvia en la cara. Tanto tiempo en secano me había dejado el alma ajada. Estaba tan feliz que miré al cielo y dejé que la lluvia inundara mi rostro. Dicen que mañana también lloverá. Qué bonito!

Segunda semana
Hoy ha vuelto a llover. Lleva toda la semana haciéndolo. La gente se queja. No les entiendo, es nuestro clima! Viva el sirimiri!

Tercera semana
Lleva varios días lloviendo. No es muy normal. La mujer del tiempo dice que amainará.

Cuarta semana
Sigue lloviendo. La mujer del tiempo insiste en que parará algún día. Tiene mala cara.

Quinta semana
La mujer del tiempo ya no sale.La han ingresado. Se veía venir.

Sexta semana
El tiempo está variable. Lluvia racheada, intensa, chaparrón, sirimiri, tromba...

Séptima semana
Mi mujer se ha comprado unas katiuskas, con tacones, preciosas. Eran las últimas que quedaban.

Octava semana
Nuestro perro de aguas quiere cambiar de raza. Se ve que los demás chuchos le miran mal.

Novena semana
No recuerdo cómo se cierra el paraguas. De hecho no sé si se cierra. Lleva meses abierto. Lo compraría así?

Décima semana
Estoy empezando a hartarme de tanta lluvia. Ya solo tomo ginebra seca y no me pongo agua de colonia.

Decimoprimera semana
En el museo hay una exposición de trajes de baño. Dicen que era una prenda que se llevaba antes en junio, julio y agosto. Nadie lo recuerda.

Decimosegunda semana
En las playas eliminan las duchas por absurdas.

Decimotercera Semana
Tenía las manos secas.  Como rasposas. He ido al médico pensando que sería alguna alergia. Me dice que no me preocupe, que son escamas.

Decimocuarta Semana
Mi mujer y yo vamos a tener otro niño. Le vamos a llamar Noé.

Decimoquinta Semana
Hoy he tenido que contar a mi hijo la verdad. "El sol no existe. Son los padres"

Llegado por correo

lunes, 17 de junio de 2013

viernes, 14 de junio de 2013

Toros, ópera y boxeo




LA pasión es el denominador común de los amantes de la ópera y de los toros. Ambos defienden con igual fervor el arte del espectáculo ante el asombro de sus interlocutores, que les miran con incredulidad. El cantante lírico, no obstante, suele actuar delante de un público entregado, dispuesto a romperse las manos aplaudiendo. Por contra, si fuera toro de lidia -afortunadamente algo tan alejado de mis posibilidades como el oficio anterior- no disfrutaría en absoluto ante el respetable del tendido. Como ven, entre unos y otros hay una gran diferencia y, por suerte para los cantantes de ópera, su afición no solicita al final de la función las orejas y el rabo del artista después de que haya sufrido un acuchillamiento ritual. 
La relación de los humanos con sus congéneres del mundo animal es bastante desconcertante, hasta tal punto que uno de los mayores peligros para la fauna son aquellos que dicen defenderla. Los amantes de los pájaros los encierran en jaulas diminutas. ¿Tendrían ellos ganas de cantar metidos en una celda y comiendo cereales y gusanitos de queso durante toda su vida? 
Eso por no hablar de los zoos donde al hipopótamo se le reseca la cocorota porque no cabe en la charca, los circos en los que el león tiene artrosis o las tiendas de animales exóticos donde mueren a cientos bajo el chisporroteo de las fluorescentes. Pero, ¿qué se puede esperar de una especie que prohíbe las peleas de perros y televisa las de hombres?
Josetxu Rodríguez

¿Y si existieran las sociedades psicópatas?



ESA chica que nos mira con sus ojos exóticos desde el anuncio de contactos del periódico hoy podría estar muerta y sus restos pudriéndose bajo el limo de la ría. Por increíble que parezca, un psicópata con túnica naranja, que ha ensuciado el nombre de monjes que caminan barriendo el suelo con una escoba para no dañar al insecto más insignificante, acaba de despiezar a una de sus compañeras y convertir en papilla sanguinolenta a otra. Todo ello con mucha ceremonia, insensible a sus lamentos, como si estuviera troceando un pollo o separando las piezas de un puzzle. Para un individuo de esas características, un ser humano vale lo mismo que cualquier objeto que le rodea. Algo que puede ser usado y desechado sin remordimiento alguno. Estos depredadores son crueles, pero no tontos. Detectan al eslabón más débil de la cadena, el marginado, el individuo abandonado a su suerte por la manada. Les resulta fácil hacerse con él y destrozarlo a hachazos sin que se disparen las alarmas, se altere el orden o se moleste a los vecinos. 
Habría que preguntarse qué tipo de sociedad hemos creado si asimila que una o varias mujeres pueden desaparecer sin dejar rastro y la vida continuar como si tal cosa. También es verdad que en los tiempos que corren estamos acostumbrados a relativizarlo todo. Cualquier familia a la que se le ha extraído el jugo es despojada de su casa y vomitada en la calle como un objeto inútil. Si el término de sociedad psicópata no existe, quizá haya llegado la hora de pensar en él.
Josetxu Rodríguez

jueves, 13 de junio de 2013

¡Que te duermas, coño!


SI usted no ha oído hablar del doctor Estivill, es que forma parte de ese grupo de afortunados que a las cuatro de la madrugada están durmiendo y no sobrecogidos ante un bebé que golpea los barrotes de la cuna con un martillo musical con la misma saña que lo haría un capo de Alcalá Meco al que no se le permite ver el episodio de “Sin tetas no hay paraíso”.
El doctor Estivill es el autor de “Duérmete, niño“, un método que permite practicar exorcismos sobre pequeños que, a partir de las diez de la noche, parecen poseídos por el espíritu de un gremlin epiléptico.
Fundamentalmente, se trata de un ritual en el que usted debe asumir el papel de un coronel de marines cuya jubilación dependiera de su capacidad para convertir a un psicópata lactante en un angelito rubio que anuncie pañales en televisión.
El doctor, que dice conocer a los niños como si los hubiera parido, promete tres noches de sangre, sudor y lágrimas antes de alcanzar el éxito. La norma básica es dejarle llorar y cada cinco minutos acercarse a la cuna y decirle: «Cariño, te quiero mucho, pero es hora de dormir». El efecto que produce esta frase es similar al del agua bendita sobre los endemoniados porque el bebé, para que le cojas, será capaz de ponerse azul, vomitar e incluso girar la cabeza 360 grados. Le puedo asegurar que si usted resiste estos envites, habrá ganado la partida. A mí no me funcionó con mi hija, pero sí con mi mujer los fines de semana.

Josetxu Rodríguez

jueves, 6 de junio de 2013

lunes, 3 de junio de 2013