viernes, 10 de diciembre de 2010

Conversación padre-hijo: 23 palabras

familia, General, Homilías, Josetxu, Perry Mason,


NO sé quién ha corrido el bulo de que los jóvenes no se comunican con los adultos, que para ellos somos entes evanescentes que flotan a su alrededor suministrándoles todo lo que necesitan para vivir: fundamentalmente conexión inalámbrica y una cuenta corriente en Telepizza. Puedo afirmar que no es así, porque un servidor fue testigo de una larga conversación entre uno de ellos y sus padres que desmiente la citada hipótesis y que transcribo para general conocimiento:

-¡Hola, hijo, qué pronto has vuelto!

-Pues sí.

-¿Dónde has estado?

-Por ahí.

-¿Con quién?

-Con ellos.

-¿Y quiénes son ellos?

-Ya sabes.

-¿Vas a cenar?

-Está claro.

-¿Con nosotros?

-No creo.

-¿Te encuentras mal?

-¡Qué va!

-¿Tienes clase mañana?

-Obviusly.

-Como es fiesta...

-¿Es fiesta?

-Sí, la Inmaculada.

-¡Me voy!

-¿A dónde?

-Con ellos.

-¿Quiénes son ellos?

-Ya sabes.

Aquí debo terminar, porque no sé reproducir el ruido de un portazo. Como ven, los padres que quieren contactar con sus hijos consiguen hacerlo. Eso sí, hay que buscar temas que puedan motivarles y hacerles participar como en el ejemplo citado. Es verdad que las respuestas son un tanto "escuetas", pero mis amigos consideran que son un buen principio. Ahora están visionando las series de televisión de Perry Mason, Ally Mc Beal y Juzgado de guardia para aprender a interrogar a un testigo y sacarle todo el jugo informativo. De esta forma esperan enterarse algún día del lugar donde aparcó el coche la última vez que lo usó, hace ya tres semanas.

Josetxu Rodríguez

5 comentarios:

  1. [...] Conversación padre-hijo: 23 palabras blogs.deia.com/avecesveomuermos/2010/12/10/conversacion-p...  por ibaizabal hace 2 segundos [...]

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  2. Pues un diálogo así es una verdadera "joya" si lo comparamos con las enjundiosas conversaciones de algunos matrimonios... En éstos, el tiempo y la sabiduría facilitan que el lenguaje se circunscriba a sonidos paraguturales, a monosílabos concluyentes o a silencios hábilmente administrados... Los hijos, al fin, suelen reflejar buena parte de lo que oyen/ven/intuyen en sus hogares.

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  3. Otro día hablaré de eso, porque tienes más razón que un santo varón...

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